9 de febr. 2012

Dickens continua dient la veritat


Un article de Benjamin Prado, dels pocs que he llegit, sobre el novel·lista Charles Dickens resumeix molt bé els continguts socials del celebrat escriptor i els seus paral·lelisme amb l'època actual.


Dickens sigue diciendo la verdad

A los 200 años de su nacimiento, nuestro mundo, por desgracia, se parece en demasiadas cosas al suyo: la condición de vida de los trabajadores, la usura, el desequilibrio entre ricos y pobres

Algunas personas mueren y otras solo desaparecen. El novelista Charles Dickens, por ejemplo, dejó este mundo en 1870 pero sigue estando aquí. Y no solo porque obras suyas como David Copperfield, Cuento de Navidad, Oliver Twist o Historia de dos ciudades, entre otras muchas, sean clásicos imprescindibles en cualquier biblioteca que intente ser tomada en serio, sino también porque la mayoría de sus temas característicos, como la lucha de clases, la explotación infantil o la ineficacia de la justicia, siguen de actualidad y porque sus personajes continúan entre nosotros, con nombres diferentes pero con los mismos problemas. ¿O es que no podrían estar dentro de Oliver Twist, junto a los niños callejeros que la protagonizan, esos otros niños reales que hoy son abandonados en las calles de Grecia por sus familias, con la esperanza de que alguien los alimente? ¿No nos recuerdan los convictos de La pequeña Dorrit, presos en la cárcel de Marshalsea, a orillas del río Támesis, por no poder pagar sus deudas, a los desahuciados que aquí y ahora, en la España del siglo XXI, arrojan a la miseria los bancos cuando ya no pueden pagar la hipoteca salvaje que tenían con ellos? ¿No nos hacen pensar muchos de los métodos y teorías del neoliberalismo a los del usurero Scrooge en Cuento de Navidad o a los del avaro Uriah Heep en David Copperfield? Dickens fue uno de los abanderados del realismo, junto a Balzac, Tolstói, Stendhal o Benito Pérez Galdós, y un escritor social que denuncia en sus libros las desigualdades que se producían en la Inglaterra victoriana y especialmente el modo en que se explotaba a los trabajadores para conseguir la industrialización del país. Su contemporáneo Carlos Marx dijo de él que "en sus libros se proclamaban más verdades que en todos los discursos de los políticos y los moralistas de su época juntos". Y sin ninguna duda, el autor de Grandes esperanzas es la mejor prueba de que Balzac estaba en lo cierto cuando dijo que las buenas novelas son la historia privada de los países. Hoy se cumplen 200 años de su nacimiento y nuestro mundo, por desgracia, se parece en demasiadas cosas al suyo. Para comprenderlo, no hay más que leer el principio deHistoria de dos ciudades: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación"


http://elpais.com/diario/2012/02/07/opinion/1328569211_850215.html

Algunes il·lustracions poden trobar-se en aquesta  pàgina d'Història de l'Art: http://algargosarte.lacoctelera.net/post/2012/02/07/charles-dickens-ilustraci-n-sus-novelas

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